Ante las múltiples amenazas existenciales que nos hemos impuesto, en este documento se aboga por reimaginar y reconfigurar la educación en torno a la supervivencia futura del planeta. Para ello, se plantean siete declaraciones visionarias sobre cómo podría ser la educación en el 2050 y más allá. Estas declaraciones parten de tres premisas. En primer lugar, la sostenibilidad humana y la sostenibilidad planetaria son una misma cosa. En segundo lugar, cualquier intento de lograr futuros sostenibles que continúe separando a los humanos del resto del mundo es ilusorio y estéril. Y, en tercer lugar, la educación debe desempeñar un papel central en la reconfiguración radical de nuestro lugar y nuestra agencia dentro de este mundo interdependiente. Esto requiere un cambio completo de paradigma: de aprender sobre el mundo para actuar sobre él a aprender a transformarse con el mundo que nos rodea. Nuestra supervivencia futura depende de nuestra capacidad para realizar este cambio.